Me gusta empezar aclarando el significado de cada palabra para regalarte la comprensión de esta posibilidad, sintonizarse con tu Espiritualidad, es una cualidad inherente a tu humanidad y es de suma importancia que lo sepas para poder activarla y experimentar la verdadera dimensión de tu existencia.
La palabra SINTONIA, viene del griego (syntonia) y significa acuerdo, en cada sílaba SYN=sin, TONOS= tensión y el sufijo IA= cualidad o estado, es decir: tener la cualidad de ajustarse al mismo tono, estar “acorde”, en términos musicales, a=sin corde= cuerda, tensión, sin tensión, lo que posibilita el entendimiento, comunicarse para andar en el mismo sentido o intención, en fin Sintonizarse es coincidir en el mismo sentido a consecuencia de estar en “carencia de tensión”, lo que da la posibilidad de unirse a un sentido común.
La palabra ESPIRITUAL, es lógicamente referente al espíritu, pero ESPÍRITU tiene también su etimología, que significa, soplo, insuflar, etéreo, aire, inspirar, expirar, esencia, energía de vida, esencia vital, en fin, relacionado con el aliento de vida, proveniente de la intimidad de una persona o cosa.
Teniendo claro ambas palabras podemos imaginarnos de qué manera entrar en esa SINTONÍA ESPIRITUAL a la que estamos haciendo referencia y se logra sencillamente, a través de la Respiración Consciente, la que nos da la oportunidad de experimentar la simultaneidad en que ocurre esta comunicación Vital en nuestra Humanidad.
En palabras sencillas, conectarnos conscientemente con los intervalos de entrada y salida de nuestro Espíritu, soplo de vida, que se manifiestan en nuestra respiración. Es decir que, en cada inspiración, nuestro Espíritu entra y en cada expiración nuestro Espíritu sale, dejando unos segundos de espacios casi imperceptibles, en donde “estamos sin Espíritu”, sin aire.
Estos instantes son muy importantes ya que solo se perciben si estamos en SINTONIA ESPIRITUAL, es decir, si estamos conscientes de lo que está realmente ocurriendo. Esta consciencia nos permite experimentar una especie de micro muerte, pues cuando deja de ocurrir la entrada para que comience a ocurrir la salida, hay una detención, una parada, un instante neutro, suspendido en la Nada.
Esto nos otorga el privilegio de reconocer nuestra poderosa e infinita posibilidad de volver a vivir en cada instante.